Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en la gran https://hamzaosof888765.blogsumer.com/37539364/el-momento-en-que-zidane-perdió-la-calma